A comienzos de los años 70 surge en distintas partes del mundo la necesidad por parte de algunos terapeutas que utilizan las esencias florales de Bach, de investigar y descubrir flores curativas en su propia región.
Los aborígenes australianos, considerados una de las culturas más antiguas del mundo, constantemente han utilizado las flores para sanar los estados emocionales y los resultados de éstos sobre el organismo.